Los seres humanos tenemos un reloj biológico, una especie de marcapasos sincronizado con el horario solar que silenciosamente nos indica el momento de irnos a descansar.
A pesar de que muchas personas no presentan problemas de sueño, hay muchas otras que, al no poder dormir, se pasan las noche en vela o duermen muy mal.
Se estima que las dos terceras partes de la población mundial -desde jóvenes hasta adultos mayores experimentan durante su vida al menos un episodio de insomnio que se puede transformar en un padecimiento agudo y que termina por convertirse en una alteración crónica.
A pesar de los avances de la ciencia, la mayoría de los casos no se tratan de manera adecuada.
Una de las primeras dificultades es que la población en general no es consiente de la existencia de estos trastornos -o alteraciones- del dormir, así como tampoco hay suficientes especialistas y laboratorios donde se estudien las llamadas "patologías del sueño".
Los especialistas afirman que, normalmente, dormir tiene un efecto cardioprotector, ya que todas las funciones bajan, hay distensión en la actividad muscular y disminuye tanto la frecuencia cardiaca como la presión arterial.
Pero las personas que padecen trastornos del sueño presentan alteraciones en la función de ciertos sistemas, tales como: aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, que se traducen en un mayor riesgo de infarto.

Las patalogias derivadas de las alteraciones del sueño.

Las patologías derivadas de las alteraciones del Sueño.
De acuerdo con la información médica, las alteraciones en el dormir se pueden clasificar en cuatro grandes grupos: El insomnio (alteración del sueño que se puede manifestar como una dificultad para iniciar el sueño o mantenerlo); Las hipersomnias o el síndrome de somnolencia diurna excesiva (asociada obviamente con el problema de no dormir por la noche; son las personas que usualmente se quedan dormidas en circunstancias en las que se esperaría que estuvieran despiertas y pueden ser resultado de la insuficiencia crónica de sueño o el síndrome de apnea obstructiva en individuos que al no poder respirar, roncan); Las parasomnias (manifestaciones motoras como orinarse en la cama o enuresis, el somniloquio -hablar cuando se esta dormido- o bruxismo -rechinar los dientes causando problemas en la articulación del la mandíbula); y las alteraciones del ritmo circadiano (cambios de horarios como viajar de un continente a otro, el llamado jetlag o las alteraciones en personas como horarios inusuales como vigilantes, pilotos, médicos, residentes, etc.), cuyos efectos se reflejan en la baja productividad, la falta de concentración y el mal humor.